Aconcagua Energía está en una situación delicada y al borde de la quiebra. Así lo aseguró Javier Basso, CFO de la compañía, durante el evento “Credit Update #2 Aconcagua Energía”, donde detalló la situación actual de la operadora y el origen de la crisis que enfrenta.
“Es importante retrotraerse a febrero del veinte veintitrés, cuando, en un precio de petróleo que rondaba alrededor de los ochenta y tres dólares por barril, Aconcagua celebró un acuerdo con Vista Energy, lo que denominamos FODA en los documentos que están circulando en el mercado”, subrayó.
Sobre el contrato, explicó: “Lo que le permitió a Aconcagua fue tomar la operación de ciertas áreas convencionales que son de propiedad de Vista Energy y comercializar el hidrocarburo producido. En contraprestación del control de esas concesiones, Aconcagua se comprometió a entregar a Vista el cuarenta por ciento de la producción de crudo y el cien por ciento de la producción de gas de estas áreas”.
El peso del contrato con Vista
Basso subrayó que “todos los gastos asociados para la extracción de estos hidrocarburos corren por cuenta de Aconcagua, y Vista recibe el cien por ciento de esa producción libre de cualquier cargo hasta tanto se acuerde el volumen dentro de este contrato del FODA”.
Mientras dure el contrato, “Vista mantiene la titularidad de las áreas y, una vez cancelado el cien por ciento de los compromisos de los volúmenes, es ahí cuando Vista transfiere la titularidad hacia Aconcagua”.
También remarcó que “Vista tiene el derecho de retomar la operación ante cualquier incumplimiento severo” y que esas áreas “representan el ochenta por ciento de nuestra producción”.
En el plano financiero, recordó: “La estrategia de financiamiento que teníamos desde Aconcagua, en particular en los últimos dos años, fue financiar sus operaciones con deuda en el mercado de capitales locales y también a través de préstamos bancarios. Pero esta estrategia requiere un esquema de refinanciamiento que en los últimos meses no hemos podido lograrlo”.
“La producción de la compañía, sin contemplar el volumen que normalmente entregamos a Vista, los ingresos resultantes no llegan a ser suficientes para soportar los costos operativos, los planes de inversión y los vencimientos de deuda financiera”, señaló.
Advirtió que, en caso de incumplimiento del FODA, “esas concesiones representan el ochenta por ciento de nuestra producción. Esto dejaría a Aconcagua aproximadamente con el veinte por ciento de la producción actual, pero con el cien por ciento de los costos totales”.
El difícil panorama de Aconcagua
Basso fue directo: “Si no logramos hacer este proceso, lamentablemente la compañía tiene que ir a un proceso de quiebra y eso es justamente lo que queremos evitar a través de este proceso”.
Actualmente, “la compañía está en el nivel de unos doscientos sesenta millones de dólares de deuda financiera exigible, aproximadamente doscientos millones son en deudas de obligaciones negociables y otros sesenta millones de dólares entre pagarés, bancos y deuda comercial. Adicionalmente queda un volumen remanente de entrega a Vista que es en el orden de los ciento cuarenta millones de dólares”.
En cuanto a las perspectivas, indicó: “Estamos previendo para el dos mil veinticinco que aún monetizando el cien por ciento de la producción, el EBITDA difícilmente logre alcanzar los cuarenta millones de dólares y ese EBITDA proyectado nos va a dejar cerca de ocho veces deuda de EBITDA de compañía”.
Para el CFO, “tenemos dos alternativas por delante: una alternativa con los números que yo estoy diciendo básicamente devienen en un concurso de acreedores e inmediatamente en la quiebra para la compañía, y la otra es reestructurar en los términos que hemos comunicado al mercado”.