La Agencia Internacional de Energía (AIE) prevé que la demanda global de petróleo se ralentizará progresivamente en los próximos años y llegará a su pico en 2028, según indicó en su reporte anual de mediano plazo dedicado a la temática, en el cual señala que Argentina llegará al millón de barriles de producción para ese año.

De acuerdo con el informe del organismo, la demanda global de petróleo crecerá 6% entre 2022 y 2028, llegando a un pico máximo en el último año del periodo de 105,7 millones de barriles por día, 5,9 millones más que los niveles de 2022.

Gran parte del crecimiento de la demanda vendrá del sector petroquímico y de la aviación; de hecho, desde este mismo año se espera que la demanda para la nafta de autos comience a decrecer, descenso que abarcará a todos los combustibles utilizados para los transportes viales en 2025, y para todo el transporte en general desde 2026.

Estas tendencias son el resultado de un giro hacia fuentes de menores emisiones, motivado por la crisis energética, al igual que el énfasis de las políticas en la eficiencia energética y el rápido crecimiento de ventas de los vehículos eléctricos”, señala el informe, que destaca que están planificadas inversiones por “más de US$ 2 billones” en energías limpias para el año 2030.

La demanda de las economías emergentes, en un inicio, compensará la contracción que se registrará en los países avanzados: la AIE prevé que para 2024 ya empiece a caer entre los miembros de la OCDE.

“El sector petroquímico será el mayor impulsor del crecimiento de la demanda, con el gas licuado de petróleo (GLP), el etano y la nafta, representando más del 50% del crecimiento entre 2022 y 2028”, subraya el documento.

Otro de los impulsores será la industria de la aviación; no obstante, a comienzos de este año, el consumo del sector seguía 1 millón de barriles diarios por detrás de los niveles de 2019, y, dadas las “mejoras en la eficiencia y cambios en los comportamientos”, únicamente los superará para 2027.

“El cambio hacia una economía basada en energías limpias se está acelerando, con vistas a llegar a un pico en la demanda global de petróleo para antes de finalizar esta década, a medida que los vehículos eléctricos, la eficiencia energética y otras tecnologías avanzan”, afirmó en un comunicado, Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE.

Para Birol, los países productores de petróleo “necesitan prestarle atención a la velocidad del cambio y calibrar sus decisiones de inversión para asegurar una transición ordenada”.

En lo que refiere a los números de inversión en petróleo y gas, la AIE destacó que estos llegarán a ser este año los más altos desde 2015, proyectando un crecimiento anual de 11% y totalizando US$ 528.000 millones, lo cual si se consolida, será “adecuado para atender el crecimiento de la demanda hasta 2028”, pero que “excede la cantidad que será necesaria en un mundo que se dirige hacia las cero emisiones”

En el caso de la Argentina, su producción se incrementará gradualmente año a año, proyectándose para este año 0,78 millones de barriles, 0,81 para 2024, 0,84 en 2025, 0,88 en 2026, 0,93 en 2027, para finalmente alcanzar un récord de 1,01 millones de barriles en 2028, cifra que la situará por delante de Venezuela (0,84 millones), y sólo por detrás de México (1,22) y Brasil (4,09) en la región.

Justamente, Vaca Muerta, el bloque Stabroek en Guyana, y la producción offshore en Brasil, va a compensar la reducción de la producción del resto de la región y permitirá que la producción en los países no aliados a la OPEP en Latinoamérica crezca en 1,9 millones de barriles diarios hasta 2028 y llegue a los 7,5 millones.

La AIE destacó que la producción de Vaca Muerta creció 128% en 2021, 15% en 2022 y se encamina a un 20% este año.

“Las exportaciones continuarán creciendo este año luego de que se complete la renovación del gasoducto Trasandino, lo cual permitirá una salida al Pacifico del petróleo argentino; y un aumento de capacidad en la línea a Puerto Rosales en la Costa Atlántica”, señala el informe.