Los bloques offshore de ultra presión eran un verdadero desafío para las compañías. La seguridad de la producción se veía vulnerada y ponía en riesgo los planes de inversión. Sin embargo, el avance de la tecnología permitió superar todos esos inconvenientes y las empresas tienen una nueva herramienta para sus proyectos.
Un caso testigo es Anchor. La iniciativa que lleva adelante Chevron en el Golfo de México demandó una inversión de 5.700 millones de dólares y cuenta con una presión de 20.000 libras por pulgada cuadrada, un tercio más que cualquier pozo previo.
La propuesta es llevada a cabo por el gigante estadounidense junto a TotalEnergies y esperan que produzca durante 30 años. En su punto álgido, la plataforma flotante bombeará hasta 75.000 barriles de petróleo y 28 millones de pies cúbicos de gas natural al día. El yacimiento se encuentra a unas 140 millas (225 km) de la costa de Luisiana.
La tecnología del proyecto Anchor
Para el desarrollo del bloque se necesitan equipos especialmente diseñados por NOV, Dril-Quip y los buques perforadores de Transocean. Chevron empezó a bombear petróleo desde el primer pozo Anchor el domingo, y el segundo ya está perforado y a punto de encenderse, dijo Bruce Niemeyer, responsable de exploración y producción de petróleo en América.
En 2010, un estallido en la prospección Macondo del Golfo de México causó la muerte de 11 trabajadores, contaminó los caladeros y cubrió de petróleo las playas de la zona.
Transocean era la operadora del malogrado buque Deepwater Horizon y BP era la propietaria del proyecto Macondo. Ambas están implicadas en los nuevos desarrollos de pozos de mayor presión.
En la actualidad, la industria emplea nuevos buques perforadores y equipos creados para hacer frente a las presiones extremas, que son un tercio mayores que las encontradas en la avería de Macondo.
“La industria ha puesto de su parte para extraer los barriles de forma segura, con la nueva tecnología”, declaró Mfon Usoro, analista principal de operaciones en el Golfo de México de la empresa de investigación Wood Mackenzie.
El futuro de la industria
El nuevo engranaje promete que Anchor y proyectos similares de Beacon Offshore Energy y BP suministrarán en conjunto 300.000 barriles de petróleo nuevo y pondrán al alcance de los productores 2.000 millones de barriles de petróleo estadounidense no disponible hasta ahora, afirmó.
“Estos yacimientos de altísima presión van a ser un gran impulsor del crecimiento de la producción en el Golfo de México”, añadió Usoro.
El Golfo de México ha producido por debajo del nivel récord de 2019 de 2 millones de barriles diarios, y el petróleo adicional podría ayudar a devolver a la región a su pico de producción.
BP cuenta con su propia tecnología de alta presión con la que espera poder explotar 10.000 millones de barriles de petróleo conocido. Su primer proyecto 20k, Kaskida, se descubrió en 2006 y se dejó de lado por falta de tecnología de alta presión.
Bloques similares
Según Aditya Ravi, analista de Rystad Energy, frente a las costas de Brasil, Angola y Nigeria hay yacimientos similares de alta presión y alta temperatura que podrían beneficiarse de la tecnología 20k. El Golfo de México será el campo de pruebas del nuevo equipo.
Brasil cuenta con importantes yacimientos marinos que «son los principales candidatos para la futura aplicación de la tecnología 20k debido a sus complejos entornos de alta presión y alta temperatura», afirmó.
Incluyendo los yacimientos no estadounidenses, más de 5.000 millones de barriles de petróleo y gas de recursos conocidos en todo el mundo podrían beneficiarse de esta tecnología, según Ravi. Esos volúmenes equivalen a unos 50 días de la producción mundial actual.