Uno de los ejes de gestión del gobierno de Javier Milei es alcanzar el export parity. Este objetivo permitirá que los actores de la industria hidrocarburífera puedan rescatar proyectos olvidados y aumentar la escala de su producción, haciendo más eficientes los costos y permitiendo exportar de manera más competitiva.
“Estamos un 10 un 15% por debajo del export parity lo que nos permite viabilizar proyectos que estaban postergados o viabilizar proyectos de descarbonización en cualquiera de las líneas tanto energía como en petróleo y gas”, consideró Diego Trabucco, CEO de Aconcagua Energía, en el marco del AmCham Spaces.
“Creo que ir transitando un camino más competitivo más o menos regulado va a ser que uno empiece a reinventarse, a desafiarse y a ver cómo uno puede ser más eficiente para ser más competitivo no solo en Argentina, sino para el mundo”, afirmó.
Un export parity con previsibilidad
La industria hidrocarburífera reclama reglas claras que permitan darle seguridad a las inversiones y hacer que los proyectos sean rentables. Trabucco subrayó que debe existir un entorno regulatorio estable y una política energética que fomente inversiones en los hidrocarburos y en el segmento eléctrico.
“Tenemos que saber cómo van a ser las reglas de juego, cuál va a ser la hoja de ruta de eliminación de subsidios, entre otros puntos. Creo que ese primer paso va a permitir que uno pueda empezar a focalizarse a resolver todos los cuellos de botella, que hay tanto en el sistema eléctrico como en el gas y en el petróleo”, aseguró.
“Toda inversión en infraestructura y renovación tecnológica va a hacer que uno pueda ser más competitivo a la hora de generar ese electrón, esa molécula de gas o ese barril de petróleo para poder comercializarlo pensando en abastecer al mundo”, agregó.
El efecto del RIGI
El Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) ya es una realidad y los actores de la industria consideran que es una buena señal para la inyección de capital.
“Puede ser un modelo que pueda caminar porque da previsibilidad con determinados incentivos, ya sea impositivos, aduaneros y cambiarios. También brinda estabilidad normativa y le da un escenario de sostenimiento de esos beneficios a 30 años”, ponderó Trabucco.
“Cuando uno tiene ese esquema o esa previsibilidad permite que grandes proyectos de inversión pasen a tener un sentido de negocio en el largo plazo. Creo que ese modelo es algo positivo y algo distinto. Es un instrumento que podría ser la diferencia para las grandes inversiones en infraestructuras que requiere la Argentina”, afirmó.
Un futuro con optimismo
El CEO de Aconcagua destacó el optimismo de la industria y señaló que el sector energético es la gran oportunidad que tiene Argentina para despegar. “Vamos a buscar viabilizarla con responsabilidad, eficiencia y sostenibilidad”, consideró.
“Tenemos Vaca Muerta, tenemos la potencialidad de generación eólica y solar y tenemos el litio. Lo que nos falta resolver son los cuellos de botella para poder poner en valor esos recursos para el país y el mundo”, aseveró.
“Apostamos a la Argentina, creemos que en Argentina aparte de proyectos, hay capital humano profesionales de primer nivel mundial”, manifestó Trabucco.