La digitalización es la respuesta a múltiples necesidades de la industria, sin embargo, la mayoría de las empresas no implementa al cien por ciento sus proyectos de transformación digital. ¿Cuáles son los ejes para consolidar la transición?
Las empresas de Oil & Gas enfrentan actualmente una serie de presiones, entre las que se destacan las variaciones en el precio del petróleo debido al aumento en la demanda, la inestabilidad geopolítica y los problemas en la cadena de suministro. Además, la transición energética a nivel mundial pone bajo la lupa a gran parte de su cadena de valor. Por consiguiente, esta industria en su totalidad está llamada a mejorar la eficiencia y reducir sus emisiones directas de carbono.
“La matriz energética está experimentando una transformación significativa, con la incorporación de nuevos elementos. Esto incluye la creciente influencia del proconsumidor, los compromisos de descarbonización adoptados por ciertos países de cara a 2030, así como los esfuerzos gubernamentales que buscan acompañar el proceso de sostenibilidad. Todo esto, sumado al crecimiento de las energías renovables, lleva a que la industria esté encarando su transformación tratando de acompañar la rapidez en el cambio de la matriz energética”, señala Fabián Bosquiazzo, Global SVP of Utilities & Energy Industry en Softtek.
La digitalización emerge como clave para desbloquear los distintos frentes: durante la última década, los avances en el análisis de datos, la inteligencia artificial (IA) y el Internet de las cosas (IoT) han ayudado a los actores de muchos sectores a optimizar procesos complejos, rastrear fuentes de pérdida e ineficiencia y responder de manera más efectiva a la volatilidad y las interrupciones.
Para Ian Bogado, CEO de la startup de climatech Uali, la curva de adaptación y aprendizaje digital dentro de grandes empresas del sector es más lenta que en otras áreas pero, las compañías ya han adaptado su estructura para que el impacto de sus estrategias y las necesidades de sus clientes puedan ser cubiertas por la transformación digital. “En el caso de Oil & Gas, las geografías a cubrir pueden ser uno de los principales desafíos, ya que la conectividad no llega a cubrir las necesidades actuales”, agrega. En cualquier caso, en este contexto y para seguir siendo competitivas, las empresas se esfuerzan por transformar sus operaciones, mejorando la confiabilidad y disponibilidad de sus activos mientras reducen emisiones.
Principalmente, las ventajas de la digitalización se observan en cuatro grandes ejes:
Por un lado, la eficiencia operativa: mediante el uso de tecnologías digitales como sensores, inteligencia artificial y automatización, se pueden recopilar y analizar datos en tiempo real para tomar decisiones más informadas y rápidas. Esto puede ayudar a reducir costos, optimizar recursos y minimizar los riesgos operativos.
También es útil en lo que refiere a gestión de activos: la digitalización permite una mejor gestión de pozos, plataformas y tuberías. Mediante el uso de tecnologías de monitoreo remoto, se pueden recopilar datos sobre el rendimiento y el estado de los activos en tiempo real. Esto ayuda a predecir y prevenir fallas, optimizar el mantenimiento y prolongar la vida útil de los activos.
En cuanto a seguridad y medio ambiente, el monitoreo remoto, los sistemas de detección temprana y las tecnologías de control pueden ayudar a prevenir accidentes y minimizar los impactos ambientales. Además, la digitalización permite una mejor gestión de la seguridad en tiempo real, proporcionando a los operadores información actualizada y alertas en caso de situaciones peligrosas.
Finalmente, desempeñan un gran rol en la optimización de la cadena de suministro: desde la exploración y producción hasta el transporte y distribución. Mediante el uso de tecnologías como el análisis de datos, la inteligencia artificial y la optimización de rutas, se pueden identificar oportunidades para mejorar la eficiencia en el transporte, minimizar los tiempos de espera y reducir los costos de logística.
La marcha hacia el cambio
De acuerdo con una Investigación de McKinsey si bien casi todas las empresas del sector han ejecutado proyectos de digitalización en diversas partes de sus operaciones, el 70% de ellas no ha pasado de la fase piloto.
Puede que las empresas no vean resultados en lo inmediato, justamente, ese punto representa un desafío a superar para la industria. “Para nuestra industria, los proyectos realmente importantes y con mayor capacidad de impacto son los largoplacistas. En este sentido, las mejoras que trae la transformación digital en los procesos internos y en el usuario final, alcanzan un punto máximo en implementaciones en varios meses, incluso años”, destacan desde Uali.
Desde Uali sostienen además que de cara a la transformación digital, un punto central son equipos de trabajo multidisciplinarios y transversales a todas las compañías. “Las empresas del sector han invertido en ampliar y mejorar su staff y su perspectiva global respecto de transformación digital en varias verticales de su organización”.
Por otro lado, este tipo de transformaciones requieren el desarrollo de nuevas habilidades de parte del talento y los empleados. En esos casos, muchas veces este tipo de transiciones o son resistidas o las personas no reciben la capacitación y el apoyo adecuados para llevarlas a cabo. Sin embargo, la tecnología más avanzada no puede lograr nada por sí misma. El valor surge como una combinación de la herramienta y las personas que la operan. Es por eso que las transformaciones digitales exitosas tienen un enfoque que prioriza a las personas.
Bosquiazzo, uno los referentes globales en temas en energía e industria de servicios públicos de Softtek, explica que en la industria todavía se observan resistencias: “por un lado, en aquello que tenga que ver con la automatización, porque hay mucho ‘dueño’ de proceso que siente que sus cosas no pueden ser automatizadas, quizás por miedo a perder su trabajo o sólo por temer que le cambien sus funciones. Por otro, para poder avanzar en proyectos cross se precisa la estandarización de procesos y la analítica del dato”.
Otro grupo de obstáculos pueden venir de que este tipo de iniciativas no pueden ser intentos aislados sino que deben integrarse perfectamente con una infraestructura más amplia de IT de la organización. La infraestructura tecnológica en la mayoría de las empresas de petróleo y gas es compleja y fragmentada, con una combinación de sistemas modernos y heredados, y sus datos críticos para el negocio se distribuyen a través de esos sistemas. Esos datos pueden ser de difícil acceso, difíciles de interpretar y de calidad inconsistente. En efecto, se trata de cimientos inestables para una transformación digital que necesitan ser revisados.
También es necesario tener en cuenta que en las transformaciones digitales exitosas, la creación de valor siempre está en el centro. En este sentido, hay que tener muy claro cuáles son los problemas comerciales u operativos que la organización desea abordar y los resultados que se desean lograr con sus programas de digitalización.
No menos importante es que para asegurarse de que se dan cuenta del valor potencial de sus inversiones digitales, las empresas necesitan un mecanismo para rastrear el progreso y el impacto final de cada proyecto. Las bases de cualquier mecanismo de este tipo incluyen una comprensión clara de objetivos y avances, KPI robustos y herramientas de visualización que permiten una toma de decisiones rápida y basada en hechos.
“Los KPIs de esta vertical deben ser trazados según la organización y sus equipos, teniendo en cuenta sus necesidades, objetivos y recursos. En general se busca medir en cuánto tiempo mejora un proceso que antes se hacía manual vs uno digitalizado en varios puntos del desarrollo, cuánto tiempo se tardó en implementar y que beneficio trae ese tiempo en términos monetarios. De todas formas, la implementación de estos índices son claves para la transformación digital en las empresas de la industria”, apunta Bogado.
En la mirada de Bosquiazzo hay ciertas tecnologías que se están desarrollando con más fuerza que otras. “Hay empresas que invirtieron en operaciones inteligentes en Europa y ahora lo están haciendo en Latinoamérica. Entonces todas las empresas avanzan, pero a su manera. En adopción digital, hay definiciones que las empresas están obligadas a hacer: contar con la nube para poder tener mejor acceso a los datos y saberlos gobernar y analizar. De la mano de todo esto está la ciberseguridad. Algunas compañías están desarrollando lo que es inteligencia artificial para el análisis de factibilidad de exploración y extracción de crudo. Otros están aplicando tecnología para el mantenimiento correctivo y preventivo de sus activos”.
Por último, si bien es esencial incorporar a la fuerza laboral existente, la digitalización a gran escala generalmente también requiere nuevos talentos. Los proyectos digitales necesitan desarrolladores de software, científicos de datos e incluso startups y talento externo que pueda convertir los conocimientos analíticos en acciones operativas.
Las tecnologías digitales han demostrado su potencial en el sector del petróleo y el gas a la hora de reducir costos, aumentar la producción y mejorar la eficiencia en toda la cadena de valor de extremo a extremo. Sin embargo, para lograr éxito realmente necesitan mejorar las capacidades de las personas y el diseño de su infraestructura de información, mientras se mantienen enfocados en garantizar que sus esfuerzos digitales generen valor real.