En un contexto de cambios estructurales en la industria energética, referentes del sector privado coincidieron en que la única manera de sostener el empleo y mejorar la competitividad en la Cuenca del Golfo San Jorge es a través de la creación de un clúster empresarial que integre a todos los actores.

El presidente de INCRO SA, Sante Crozzoli, el socio gerente de Justo Otero e Hijos SRL, Carlos Otero, y el gerente de Manpetrol, Marcelo San Sebastián, participaron de un debate moderado por Rubén Zárate, presidente de la Agencia Comodoro Conocimiento, donde coincidieron en que el futuro del sector dependerá de la cooperación y no de la competencia interna.

La sinergia entre empresas como motor del desarrollo

Crozzoli sostuvo que el principal desafío actual pasa por “hacer sustentables las empresas a partir de la relación entre costos y precios” y destacó que ese equilibrio solo es posible si se trabaja en red. “El petróleo y el gas son commodities y no queda otra que ser líderes en costos”, explicó en el marco de la Expo Industrial de Comodoro Rivadavia.

Agregó que la rentabilidad y la eficiencia deben ser acompañadas por un cambio cultural dentro del sector: “Lo que marca la diferencia son las personas. La tecnología está al alcance de todos, pero el factor humano define quién sobrevive y quién no”.

Para Otero, la coordinación es clave para sostener la rentabilidad de las pymes del sector. “El Estado, las empresas y los sindicatos tienen que participar de una planificación conjunta. Las empresas de servicio necesitamos previsibilidad y un mercado que sea rentable para poder invertir y sostener empleo”, señaló.

Un cambio estructural que exige planificación

El gerente de Manpetrol, Marcelo San Sebastián, coincidió en que la industria atraviesa una etapa de transformación y subrayó la importancia de la anticipación. “Tenemos que tener objetivos claros y trabajar en forma permanente con los gremios y el Estado. La preparación no debe ser solo de las compañías, sino también de la política pública”, expresó.

Zárate, en su rol de moderador, apuntó que la idea de un clúster no se limita a la cooperación técnica, sino que busca generar un ecosistema empresarial que evite la pérdida de capacidades locales.

Los participantes coincidieron en que la diversificación productiva es esencial para evitar la dependencia exclusiva del petróleo. El desafío, dijeron, es “construir un entramado social menos doloroso frente a los cambios geológicos y macroeconómicos que enfrenta la Cuenca”.

 “Todos tienen que aportar, uno solo no se salva”

Otero remarcó que el éxito del sector depende de encontrar “objetivos comunes entre empresas, sindicatos y el Estado”. Reconoció que no es una tarea sencilla, pero insistió en que “todos pueden colaborar: hay ocasiones en las que se puede reubicar trabajadores, y otras en las que no”.

Crozzoli resumió el espíritu de la mesa en una frase: “Si nos resistimos al cambio, vamos a sufrir más. Lo importante es aprender a dialogar y a adaptarse”.

Los empresarios coincidieron en que la formación, la cooperación y la visión de largo plazo serán las claves para sostener la actividad y preservar los empleos en un contexto de fuerte transformación del mercado energético.