Guillermo Pereyra no será un nombre más en el mundo petrolero. El dirigente supo imponer su forma de ver y sentir la política en todo el país y marcó a toda una generación que creció siendo testigo de sus batallas en el sindicalismo.
A sus 80 años, logró superar una intervención quirúrgica y tenía decidido abocarse a su recuperación para volver con más fuerza a la estructura sindical. Sin embargo, su salud se fue deteriorando y en la madrugada del 28 de mayo sufrió un accidente cerebrovascular (ACV), que lo obligó a permanecer internado.
Acompañado por sus seres queridos, el histórico dirigente gremial no pudo ganar reponerse y su cuerpo dijo basta. Hoy, Pereyra es recordado en cada uno de los yacimientos de la Cuenca Neuquina y de todo el país.
Los inicios de Pereyra
“El Caballo”, como lo apodaban, nació el 25 de junio de 1943 en Bowen, Mendoza. En la década del 70 decidió probar suerte en Neuquén e ingresó a la industria petrolera en la firma Astrafor.
Ese trabajo fue la puerta de acceso a una carrera maratónica en el Sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa: primero fue nombrado delegado hasta llegar a ser secretario administrativo de la comisión directiva.
La Dictadura Militar intervino la actividad de todos los gremios del país, pero el retorno de la democracia posibilitó que los sindicatos pudieran volver a reestablecer sus autoridades. Pereyra fue el gran ganador y se quedó con el cargo de secretario general.
En 1988 ratificó su puesto con un triunfo arrollador ya que alcanzó el 84% de los votos y, desde entonces, jamás dejó el cargo.
Su primera incursión en la política
Los años pasaron y Pereyra ganó la experiencia suficiente para ocupar un cargo público. Su relación con Felipe Sapag, uno de los históricos dirigentes del MPN (Movimiento Popular Neuquino), le permitió ser diputado provincial entre 1995 y 1999. Tras cumplir su mandato en la Legislatura de Neuquén fue convocado por el exgobernador Jorge Sobisch para hacerse cargo de la Secretaría de Trabajo.
Su carrera lo encontró siendo parte del directorio de YPF entre 2012 y 2013 después que la compañía fuera estatizada. Ese último año fue clave en su vida política ya que fue elegido senador nacional por Neuquén con mandato hasta 2019.
En la Cámara alta del Congreso de la Nación integró el interbloque “Parlamentario Federal”, ocupó la presidencia de la comisión de Minería, Energía y Combustibles e integró como vocal las comisiones de Defensa Nacional; de Trabajo y Previsión Social; de Salud; de Infraestructura, Vivienda y Transporte; y la comisión bicameral de Reconversión de la Industria Gasífera.
Pese a su crecimiento en la escena política, El Caballo nunca abandonó su rol de dirigente gremial. Entre 2012 y 2014 ocupó el cargo de secretario adjunto de la CGT-Azopardo que estaba liderada por Hugo Moyano.
Volver al llano
En 2019 no pudo renovar su banca en el Senado y se abocó de lleno al Sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa. El gremio más representativo de la Patagonia lo tuvo como secretario general durante 38 años consecutivos hasta octubre de 2021, cuando asumió una nueva conducción tras haber sido elegido dos meses antes. Sin embargo, permanecía como titular de la mutual del gremio.
Si había algo que lo distinguía a Pereyra era su fanatismo por River. El dirigente llegó a tener un palco en El Monumental para ver los partidos del Millonario cada vez que podía. Su amor por el CARP se evidenció en abril pasado cuando vestido con un camperón del equipo de Núñez anunció que dejaba todos sus cargos para dedicarse a su recuperación.
Pereyra: una leyenda para los petroleros
Marcelo Rucci es el encargado de continuar el legado de Guillermo Pereyra. “Es mi gran líder, pero fundamentalmente mi gran amigo”, esas son las palabras con las que describió el actual líder del Sindicato de Petroleros Privados a El Caballo.
Rucci es un agradeció de Pereyra. “En mi vida, solamente lo puedo hacer un padre o un gran amigo. Para que uno sea leal con otra persona, tiene que ser recíproco. Guillermo ha sido un hombre totalmente leal con nosotros. Y, en lo personal, yo tuve el honor de acompañarlo durante tantos años”, afirmó.
“Yo tengo dos grandes responsabilidades. Mis 28.000 compañeros trabajadores, su familia, por supuesto, y la responsabilidad de llevar este gremio en la línea que me abarcó Guillermo. Siento que no puedo fallar, no tengo margen de error, porque Guillermo fue el hombre que me forjó, que me llevó”, destacó.
El líder de los petroleros privados ponderó el trabajo de Pereyra para posicionar a Vaca Muerta como uno de los activos más importantes del país. “Siempre dijo que no se equivoquen, porque dentro de lo que podamos hacer para el crecimiento, siempre tienen que estar los trabajadores adentro, porque la industria la hacen posible los trabajadores”, subrayó.
En este sentido, Rucci consideró que la labor de El Caballo será recordada en todos los yacimientos del país. “Siempre va a estar en el corazón de todos los petroleros. Lo hizo de la nada esto, y hoy somos uno de los gremios más importantes del país en lo que tiene que ver con hidrocarburos. Es no solamente un referente, un líder, sino que creo que es una leyenda de los petroleros”, aseveró.