Una de las alarmas que pesaba sobre Chubut fue desactivada. San Antonio Internacional (SAI) dio marcha atrás en su intención de avanzar con despidos. Además, se activó una mesa de negociación con los diferentes actores de la región para seguir preservando la paz social.
Las gestiones comenzaron el jueves pasado y el conflicto había escalado de tal manera que el Sindicato de Petroleros Privados de Chubut amenazó con un paro total de sus actividades. La compañía de servicio suspendió los telegramas y permitió brindar tranquilidad a más de 80 trabajadores.
“El problema sigue estando porque hay que reestructurar. Hay que salir a buscar laburo, hay que sostener a San Antonio y a cada uno de los puestos de trabajo, pero, fundamentalmente, a los contratistas, subcontratistas y a los proveedores. Es toda una cadena”, explicó Carlos Gómez, secretario adjunto del gremio de petroleros convencionales de Chubut.
En diálogo con La Voz del Sindicato, el dirigente gremial ponderó que el único lugar que defiende el trabajo de las compañías es Comodoro Rivadavia, pero advirtió que SAI debe poner sus papeles en orden. “Defendemos la fuente de laburo, pero que no nos utilicen para solucionar la situación de quebranto”, advirtió.
“Ya lo dijeron ellos mismos en 2021 cuando reconocieron que San Antonio podía tapar agujeros que tenía en el resto del país gracias a los niveles de facturación que garantizaba la base de Comodoro Rivadavia”, consideró.
“Seguimos la misma línea, dependiendo la fuente de laburo. Dependiendo de lo más importante, que son los planes de inversiones y evitar las situaciones de conflicto porque por ahí San Antonio puede tener espalda para bancarse un paro. La que no aguanta un paro es la pequeña y mediana empresa”, afirmó.
Asimismo, Gómez informó que también se negocia por la situación de Calfrac para llevar tranquilidad a la parte norte de la Cuenca del Golfo San Jorge.