Los problemas de las importaciones de Vaca Muerta parecen encontrar una solución. En la mesa que participaron funcionarios nacionales, gremios y empresas de servicios se garantizó la llegada de equipos e insumos críticos que estaba solicitando la industria hidrocarburífera. Además, el Gobierno nacional se comprometió a evaluar cada uno de los casos que requieran la rápida aprobación de SIRAs en caso de que esté en riesgo la actividad.

En la reunión participó la secretaria de Energía de la Nación, Flavia Royón; el titular de Aduana, Guillermo Michel, y el subsecretario de Comercio Exterior, Germán Cervantes. Asimismo, asistieron el secretario general del Sindicato de Petroleros Privados de Neuquén, Marcelo Rucci; el titular de la confederación que reúne a los sindicatos de sector (Catheda), Guillermo Pereyra, y representantes de Schlumberger, Nabors y Halliburton.

En este sentido, las autoridades nacionales dieron garantías de que se aprobaron la llegada de insumos al país y que aquellas importaciones que estaban paradas en la Aduana ya tienen vía libre para ir hacia Vaca Muerta.

Esto permitió descomprimir la alerta de despidos que había lanzado el gremio de petroleros privados debido a que las empresas habían comunicado que la falta de repuestos y equipos ponía en peligro la actividad en los yacimientos.

“Las empresas hoy tienen resistencia a financiar las importaciones, pero lo cierto es que hay récord de actividad y fractura en Vaca Muerta”, subrayaron desde Nación a eolomedia y adelantaron que se dispuso un canal de comunicación abierto en caso de que haya una situación de baja actividad para citar a las empresas y evaluar caso por caso los requerimientos de SIRAs.

Asimismo, Rucci ponderó que existe consenso en torno a que la producción hidrocarburífera es una política de Estado que no debe frenarse en un momento económico tan complejo y “que esto implica que se van a tomar todas las medidas necesarias y que habrá garantías para que la producción no se detenga”.

El titular de petroleros privados destacó la voluntad de todos los participantes de llegar a un acuerdo “que permita garantizar la paz social en la cuenca neuquina, lo que nos permite llevar tranquilidad a los trabajadores”.