La gerencia de Shell le comunicó a su negocio de energía renovable que debe volverse más rentable y no solo basarse en generar menos emisiones de carbono. Así lo informó el vicepresidente ejecutivo de la compañía, Steve Hill, en una reunión de directorio.
Si bien el negocio de la energía ha desempeñado un papel importante en los esfuerzos y la narrativa de descarbonización de Shell, según se informó Bloomberg, Hill enfatizó la necesidad de hacer crecer el negocio de manera rentable y operar de una manera comercialmente astuta como el resto de las divisiones de la compañía.
“La entrega será el mandato de la organización en el futuro“, dijo Hill a la reunión y aseveró: “las cosas con las que hemos tenido menos éxito, debemos reducirlas o detenerlas“.
La división de soluciones de energía y energías renovables ha sido un obstáculo para el desempeño del flujo de caja de la compañía, responsable de una salida de 6.390 millones de dólares en 2022 en comparación con una entrada de 27.690 millones de dólares del negocio integrado de gas y 29.640 millones de dólares del upstream.
En este marco, Shell lucha por equilibrar la presión de los inversionistas para obtener ganancias del petróleo y el gas y una minoría vocal que cree que debe actuar más rápido para combatir el cambio climático.
Hay que recordar que la compañía explora poner en venta Eolfi, su división francesa de energía eólica marina. La petrolera pretende acabar con esta rama de sus planes de energía renovable, que adquirió en 2019, a medida que su nuevo director ejecutivo, Wael Sawan, busca las vías para optimizar el rendimiento de la empresa para ofrecer una mayor rentabilidad a sus accionistas.
La venta de este negocio galo se produciría después de que Shell diera la espalda a finales del año pasado de un proyecto piloto de un parque eólico flotante que se había planeado en la costa de Bretaña, en el noroeste de Francia. Una decisión que argumentó debido a los desafíos técnicos, comerciales y financieros que suponía esta operación.