El CEO de Genneia, Bernardo Andrews, advirtió que el país tiene una enorme oportunidad para competir a nivel internacional con energías renovables, pero enfrenta un obstáculo estructural: la falta de inversión en infraestructura de transmisión. “La diferencia entre quedarnos como estamos o avanzar hacia un modelo competitivo está en cómo regulamos el monopolio natural”, señaló.

En el marco del AmCHam Summit 2025,  Andrews remarcó que Argentina posee recursos naturales de altísima calidad para la generación eólica y solar, especialmente en el norte, oeste y sur del país. Sin embargo, explicó que la clave no es solo tener viento o sol, sino convertir esos recursos en energía realmente competitiva para abastecer al mercado interno y exportar.

El desafío de las renovables

Según Andrews, uno de los principales desafíos es integrar nuevas zonas de generación al sistema eléctrico nacional. Esto requiere obras de transmisión y transformación, algo que hoy depende en gran parte del sector público. “La Argentina es muy competitiva cuando hablamos de generación, con muchas empresas proveyendo energía renovable a clientes industriales. Pero para ampliar la capacidad, necesitamos integrar esas áreas de buen recurso al sistema, y eso implica inversiones millonarias”, detalló.

Allí aparece el dilema: en un contexto donde el Estado no tiene recursos ni vocación para liderar estas obras, la solución pasa por atraer inversiones privadas, pero bajo un marco regulatorio adecuado. “La transmisión es un monopolio natural. La pregunta es cómo regularlo bien para que el sector privado invierta. Esa es la diferencia entre estancarse o empezar a parecerse a países de la región donde la energía renovable es realmente competitiva”, apuntó el ejecutivo.

Una transición energética sin fanatismos

Respecto a la matriz energética, Andrews destacó que el debate sobre si las renovables son una opción viable ya está superado. “Después de 27 años en la industria, puedo decir que las energías renovables son tan competitivas como las convencionales”, aseguró.

También subrayó que la transición energética debe ser ordenada y basada en criterios de competitividad, no en discursos ideológicos. “En el largo plazo, lo que importa es el costo de capital y la estabilidad. Con eso, las renovables pueden ser más competitivas que cualquier otra fuente convencional”, dijo.

Finalmente, el CEO de Genneia planteó que el compromiso con una matriz limpia no es solo una cuestión ética o ambiental. “Es una obligación empresarial si queremos seguir siendo eficientes y competitivos en la provisión de energía”, concluyó.