La secretaria de Energía, Flavia Royon, encabezó el acto de reactivación de la central nuclear Atucha II, en la localidad bonaerense de Lima, e instó a “seguir sosteniendo” las políticas públicas de “investigación, desarrollo e innovación” en materia científica y tecnológica.

“Reflexionemos sobre lo que es la investigación y el desarrollo en nuestro país, cuando desde algunos sectores nos dicen que se tiene que terminar con la política pública”, manifestó Royon, para rematar asegurando que “no hay país desarrollado que no tenga políticas públicas en investigación, desarrollo e innovación”.

Royon destacó el trabajo de las autoridades y trabajadores de NASA (Nucleoeléctrica Argentina S.A.), cuyo presidente, José Luis Antuñez, le precedió en el uso de la palabra y explicó que el trabajo de reparación del reactor nuclear se realizó en diez meses, pese a que “algunos decían que iba a demandar cuatro años”.

El ahorro que representa esa diferencia de tiempo, indicó, asciende a una suma que “fácilmente” supera los US$ 1.000 millones.

Royon consideró “importantísimo” el hecho de que la reparación se haya logrado en tan poco tiempo y que “no vinieron empresas de afuera a decirnos cómo resolverlo”, ya que las tareas fueron realizadas con “talento y pymes argentinas”, con la colaboración de “ingenieros y científicos” de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

“Esto nos tiene que llenar de orgullo y alegría”, expresó, además de rescatar la importancia que el sector nuclear tiene “en términos de transición energética”, al punto que “vuelve a cobrar interés a nivel mundial”.

La Secretaría de Energía y Nucleoeléctrica informaron el martes 29 de agosto que la central ubicada en el complejo nuclear del partido bonaerense de Zárate retornó al servicio luego de 10 meses de parada, y volvió a entregar energía a la red eléctrica tras finalizar con éxito el proceso de reparación sin precedentes en el mundo.

A la vez que se anunció la entrada de servicio de Atucha II, se recordó que Atucha I tiene prevista una parada programada de mantenimiento -que se realiza una vez al año- que comenzará el 9 de septiembre y se extenderá por espacio de 10 semanas.

Para el operativo de reparación se afectaron unas 200 personas que trabajaron en el interior de la central durante dos semanas, con un presupuesto estimado en casi US$ 20 millones, pero el mayor tiempo lo demandó el diseño y fabricación del herramental y procedimientos de ingeniería diseñados y fabricados íntegramente en el país, para resolver el desperfecto.

Se trató de una falla mecánica que consistió en el desprendimiento de uno de los cuatro soportes internos que se alojó en el fondo del tanque del reactor, lo cual no implicaba riesgos para la seguridad de las personas o el ambiente, pero motivó la detención del rector de manera preventiva para evitar incidentes mayores.

El reactor ofrece una potencia de 745 Mw (megavatios) y utiliza como combustible uranio natural y agua pesada como moderador y refrigerante como las otras dos centrales con que cuenta el país que son Embalse y Atucha I, y su salida en el primer semestre explicó una caída en la generación nuclear de 14.6%.