Vaca Muerta va por su propia tecnología

La industria petrolera en Argentina tiene más de un siglo de historia, pero el desarrollo de Vaca Muerta ha marcado un punto de inflexión en la producción de hidrocarburos. En los últimos 15 años, la Cuenca Neuquina creció de manera exponencial, impulsada por innovaciones tecnológicas y una curva de aprendizaje acelerada.

Según Jorge Vidal, Managing Director en SLB, el desarrollo de nuevas tecnologías es clave para la eficiencia de Vaca Muerta. “El subsuelo de la región presenta condiciones muy distintas a las de Estados Unidos, con mayor temperatura, presión y vibración. Adaptar las soluciones tecnológicas a estos desafíos es fundamental para mejorar la productividad y reducir costos”, explicó.

La evolución de la industria ha sido notable. En 2016, se realizaban apenas 1.700 etapas de fractura al año, mientras que en febrero de 2024 se alcanzaron 2.000 en un solo mes. Este crecimiento refleja la capacidad de la industria para adoptar conocimientos de otras regiones y optimizarlos para el contexto local.

Fortalecimiento de la cadena local

Uno de los grandes retos de Vaca Muerta es la dependencia de importaciones para el mantenimiento y reparación de herramientas. Vidal enfatizó la necesidad de consolidar una cadena de suministro nacional: “Para reducir costos, no podemos seguir enviando equipos al exterior para su reacondicionamiento. Necesitamos hacerlo aquí en Argentina”.

El objetivo es desarrollar un ecosistema industrial más sólido y autosuficiente, que no solo mejore la eficiencia operativa, sino que también genere empleo y dinamice la economía local. La estabilidad de la cadena de valor es un factor clave en el éxito de regiones como el Permian en Estados Unidos, y Argentina debe avanzar en ese mismo camino.

El futuro de Vaca Muerta

A pesar del avance logrado hasta ahora, el potencial de Vaca Muerta está lejos de agotarse. Actualmente, solo se ha desarrollado entre el 5% y 10% del total del recurso disponible, lo que significa que aún hay un amplio margen para crecer. “Lo que viene en los próximos 10 o 15 años puede ser aún más espectacular si seguimos apostando por la innovación y la eficiencia”, afirmó Vidal en el marco IEFA Latam Forum 2025.

El desafío ahora es duplicar o triplicar la producción en los próximos años, y para lograrlo, es fundamental el esfuerzo conjunto de la industria. SLB, junto con otros actores del sector, está comprometida en este camino, desarrollando soluciones tecnológicas avanzadas y fomentando el crecimiento de la industria nacional.

Vaca Muerta empieza a debatir los desafíos de desarrollar nuevas tecnologías

El gerente general y CEO de INVAP, Vicente Campenni, afirmó que todo el ecosistema que convive en Vaca Muerta tiene por delante el desafío científico y tecnológico de adaptar y corregir los recursos que permitieron su desarrollo en los últimos años a las condiciones particulares, para una nueva etapa de mayor eficiencia y competitividad.

“Vaca Muerta es una demostración de cómo la ciencia y la tecnología va evolucionando y algo que se descubrió hace mucho tiempo recién puede ser explotado y brindar sus frutos ahora, en función de las nuevas áreas de desarrollo”, consideró Campenni en diálogo con Télam.

En este campo, el titular del INVAP destacó que como en muchas áreas “se empieza trayendo tecnología aplicada en otros lados y después se da cuenta que necesita poder corregir, cambiar esa tecnología para las condiciones particulares de la Argentina, condiciones geológicas distintas, operativas e inclusive de distribución geográfica e idiosincrasia”.

El tema ya venía siendo discutido en particular por los expertos de YPF al entender que tras diez años de desarrollo inicial era necesario abordar el desafío de generar los recursos tecnológicos propios, adaptados a la roca madre neuquina, a partir de los desarrollos aprendidos en otras cuencas.

La Argentina es, precisamente, el único país del mundo fuera de los Estados Unidos en que se desarrollan comercialmente los recursos de gas y petróleo no convencionales, pero con una curva de aprendizaje mucho más acelerada.

En ese sentido, Campenni señaló que “aparece la necesidad de generar criterio propio en desarrollo de ciencia y tecnología que permitan encontrar soluciones que se ajusten a las necesidades como país, como territorio y como Nación”.

“El círculo sinérgico -agregó- se da en que se necesita desarrollar talento para poder adaptar las tecnologías que posiblemente estén siendo aplicadas en otros países, pero hay que fomentar el crecimiento de ese talento argentino para adaptar a las condiciones particulares y cubrir las necesidades que se vayan generando”.

A partir de la experiencia del INVAP en distintas áreas de investigación, el experto explicó que “en general para poder obtener los beneficios de cualquier tecnología que tiene un impacto social, territorial o de explotación es necesario tener una capacidad de análisis crítico para poder adaptar esas tecnologías a las condiciones particulares”.

Pero también “hay otras oportunidades porque nuestras condiciones son parecidas a las de otros mercados que todavía no han empezado esta explotación y aparece otro spin off de exportar esas cosas que estamos haciendo”.

Nuevamente refiriéndose al caso de Vaca Muerta, Campenni explicó que “cuando se habla de un proceso tecnológico productivo, en general se necesita una convergencia de muchas especialidades simultáneamente. En una perforación inteligente de un pozo hay parámetros muy severos de temperatura, presión y ambientales, que se abordan con análisis de materiales para su resistencia, electrónica, mecanismos, comunicación de datos“.

“En general el desarrollo tecnológico para este tipo de procesos es sistémico, requieren de una convergencia de muchas especialidades, de equipos que analicen cómo obtener ese cambio, esa evolución de la tecnología teniendo en cuenta multiplicidad de factores”, reseñó.

A partir de ese enfoque de convergencia, hoy sin dudas “la tecnología habilitante es la inteligencia artificial que permite hacer otras cosas más fácilmente o mejor, aunque no resuelve el problema en sí mismo, porque al igual que mucha tecnología que hoy aparecen necesitan ser acopladas a una visión más sistémica para optimizar los resultados”.

Esa perspectiva vuelve la mirada al desarrollo del talento, una capacidad que para el investigador del Invap es “muy apreciada en el exterior, pero no tan apreciada en el país, porque funciona, no es noticia y pasa desapercibida”.

“Necesitamos divulgar -concluyó- que hay una capacidad de desarrollo en educación académica, investigación, ciencia y tecnología y cómo se puede traducir en proyectos productivos que funcionan y completan un círculo virtuoso para el desarrollo económico del país, porque termina siendo un impacto social en todo el ecosistema en el que se produce”.